Conocí al pintor Luis García Ochoa en el año 1984, durante unos cursos de arte que organizaba la Fundación Cultural de Castilla-La mancha en Almagro ( Ciudad Real ).
En el año 1994, Luís me invitó a participar en un sugestivo proyecto: formar parte de un grupo de pintores figurativos, en torno al Monasterio de El Escorial. Un edificio singular, cargado de simbología y geometría sagrada.
Nuestro libro de referencia era " El número de oro " de Mattila C Glika.
Utilizábamos una forma de componer el espacio pictórico muy antigua, pero ahora olvidada en la mayoría de los talleres de los pintores.
En el antiguo Egipto, en la época de lluvias, el Nilo se desbordaba, el lodo que arrastraba las aguas enriquecía las tierras. Las mismas tierras que, cuando el río volvía a su cauce había que cultivar. Por lo tanto, volver a trazar las parcelas y zonas agrarias. Tarea a la que se dedicaban los agrimensores egipcios.
El interés por la geometría es muy antiguo, podemos pensar en las alineaciones de menhires, en ciertos monumentos megalíticos como Stonehenge o lo que sucedía en las orillas del río Nilo. También es lejana ya la relación de la geometría y lo sagrado.
Muerto Pitágoras, sus seguidores reconstituidos en Grecia y en Calabria, agrupan a dos géneros de adeptos: los matemáticos y los acusmáticos, estos últimos trasmitían todo el formalismo ritual de la secta.
La teoría pitagórica de la armonía musical, está fundada también en la idea de las proporciones. Sus elementos eran las longitudes de los segmentos de las cuerdas sonoras, inversamente proporcionales al número de vibraciones.
La sección áurea, es la división en dos, de un segmento, según proporciones dadas por el número Phi: 1,6180339…, es un número algebraico irracional ( infinito ).
Para no hacer farragosas estas explicaciones es mejor ver este vídeo, donde además, se detalla la relación de este número no solo con el arte, sino también con la naturaleza.
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