martes, 19 de junio de 2012

EL ENIGMA DE LA PALABRA ESCRITA


Fernando Puente. El enigma de la palabra escrita. 162 x 200 cm.



Algo tan cotidiano como la escritura, fue determinante en el nacimiento de las primeras civilizaciones. Fue uno de los inventos más geniales del ser humano.
Se ha publicado recientemente que las pinturas rupestres de Altamira son mucho más antiguas de lo que se pensaba. Datadas en principio en el Magdaleniense, aproximadamente hace 18000 años, ahora se retrasa su autoría hasta 30000, o incluso 40000 años, contemplando la posibilidad de que su autoría no sea de nuestra especie (Cromañón), sino de Neardentales.
Estas pinturas son lo poco que nos queda de las manifestaciones artísticas de aquellas gentes, lo que se pintó en abrigos rocosos, al aire libre, o en materiales perecederos ha desaparecido. Seguramente tenían música, danza y pintaban los bosques como hace en la actualidad Agustín Ibarrola.
Durante muchos milenios, todo el aprendizaje se sostuvo por la tradición oral. Los ritos, lo sagrado y lo profano estuvo guardado en la memoria, transmitido a través de la palabra hablada.
A finales del IV milenio A. C. entre el Tigris y el Eufrates, los sumerios comenzaron a utilizar la palabra escrita. No sabemos nada del proceso de la invención de la escritura, pero conocemos el resultado: gran cantidad de tablillas de arcilla con escritura cuneiforme dedicadas a la administración de templos y palacios, incluso tablillas de escolares con ejercicios de escuela. La historiografía considera que a partir de este momento, comienza la historia, todo lo anterior es prehistoria.
Gracias a la palabra escrita, el conocimiento se expande y con él, las grandes civilizaciones del Mundo Antiguo.
Algo tan cotidiano y tan importante como la palabra escrita fue el motivo que me llevó a realizar esta pintura.